El momento es el apropiado, tu perfume llena mi cabeza. Las estrellas se ponen rojas y la noche es tan azul… me miras, sonríes y pronuncias las palabras que tanto estaba esperando “Te amo” allí se que quiero permanecer el resto de mi vida contigo. Eres toda mi ilusión, aquella que nunca dejare… aquella que me acompañara en todos mis desvelos.

jueves, agosto 18, 2011

Chloe.


Había perdido nuevamente el tren. Debía esperar a media noche para continuar con su rumbo. Había sido una mala idea pero no tenía otra opción, y eso lo sabía muy bien.
España era realmente hermosa pero debía regresar y centrarse nuevamente en su vida, dejar atrás sus aventuras y seguir adelante.
Sus padres habían mencionado hacia unos meses que podía quedarse lo suficiente, comenzar una vida allí.. Después de terminar la universidad y con oportunidades importantes de trabajo en distintas partes del mundo incluyendo España podría ser verdaderamente feliz.
Pero Chloe no huía de las responsabilidades o de sus aventuras. Huía de Alexander..
Alexander era un joven europeo, proveniente de una familia adinerada, rico de cuna y muy inteligente, era bastante tímido.. No le agradaban las fiestas y su hobbie favorito era pasar desapercibido.
Desde pequeño captaba la atención de muchas jóvenes, no solo por su puesto en una importante compañía, que pertenecía a su familia sino también por su físico. Si bien no era un físico culturista, era bien parecido.
Su vida pareció cambiar cuando conoció a una joven llamada Chloe, una chica de pueblo.. lo suficientemente ingenua como para parecerle un ser fascinante y tierno y lo suficientemente inteligente como para quedarse maravillado.
Estaba tomando un café cuando la joven tropezó despistada observando un mapa, haciendo derramar en su ropa todo el líquido caliente. su expresión de susto, vergüenza y terror sumado al color rojizo que tomaron sus mejillas y el brillo natural de sus ojos, lo hicieron olvidar el ardor que sentía por el café recién colado en su piel. Aun recordaba las palabras dichas por la joven

-Dios, lo.. Lamento, de verdad. Estaba distraída, yo puedo pagar la tintorería.. Solo dígame su dirección y... -la muchacha lo miro aun mas avergonzada- Bueno.. no es que quiera saber donde vive, es solo que.. pues, yo..

Le causaba gracia la manera como intentaba explicarse, estaba asustada y las divertidas expresiones faciales que hacía.. La hacían ver aun mas perfecta de lo que posiblemente ya era.

Los meses se hicieron lentos a su lado.. para Alexander ganarse el corazón de Chloe era una tarea difícil, principalmente porque jamás había intentado hacer eso con otra muchacha y era demasiado tímido para realizar cualquier movimiento.
Poco a poco los meses pasaban, largas charlas en la noche.. paseos diarios, cenas, bailes, infinitas invitaciones y finalmente el primer beso. Todos los detalles de una relación que fue creciendo con el tiempo, para Alexander era una nueva experiencia, un nuevo sentimiento, una nueva sensación. Para Chloe era.. Simplemente amor.
Se iba acercando el día del final del viaje, Chloe no sabía que hacer.. ella no quería enamorarse y lamentable o no, estaba sucediendo. Alexander no la quería separar de su lado, esa joven se estaba convirtiendo en una parte importante de su vida, un rompecabezas, una pieza fundamental.

-¿Que sucederá con nosotros? -pregunto ingenuamente Chloe, mientras entrelazaba sus dedos con Alexander.
-Estaremos juntos, pase lo que pase. Te lo prometo. -beso sus labios con paciencia y ternura, desgastándolos.

Esa noche ninguno de los dos logro dormir, Chloe había pensando mejor las cosas y si quería ser feliz sin herir a nadie debía terminar con todo aquello. No debía enamorarse, eso solo iba a traer problemas y no podía herir los sentimientos de Alexander, su amado.. su verdadero y único amor.

Caminar a la orilla de la playa era uno de los placeres de estar juntos, era su actividad favorita. Poder competir los sonidos del mar, mientras hablaban, jugaban con sus manos y sus labios.. ver la apuesta de sol y finalmente entregarse al otro. ¡Era perfecto!
Chloe lo cito en la playa donde frecuentaban. Quería compartir ese ultimo día con él, la última vez que lo vería, la última vez que probaría sus labios.. la vez que le diría adiós a su amor de verano.

-¿Que sucede pequeña? -pregunto el muchacho, nervioso.. Intentado descifrar las expresiones de la chica.
-Pues.. -Expreso tumbándose en la arena, invitándolo con la mirada a hacer lo mismo.
-¿Que sucede Chloe?
-¿Como crees que sean las estrellas? -pregunto la muchacha, tomando su mano.. Admirando las constelaciones.
-Grandes, brillantes, hermosas.. Muy parecidas a ti -la miro sonriendo, se llevo una mano de ella a la boca y le dio un beso.
-Me iré en dos días Alexander.
-Lo sé, aun tienes tiempo de arrepentirte y aceptar la oferta de trabajo aquí.
-Sabes que no lo haré, ya hablamos de eso.

Alexander suspiro, intentando soltar ese nudo en la garganta que comenzaba a formarse.

-Hoy compre el boleto -dijo ella sentándose en la arena.
-¿Tan pronto? ¿Ya quieres irte? -Le dijo imitándola, sentándose a su lado, minimizando el espacio entre ambos.
-No, no quiero irme. Es solo que los boletos del tren se agotan rápido, en dos días es Navidad y ya no abra boletos.
-Quédate conmigo un tiempo más, te vas después de las fiestas. Quisiera estar contigo, mi familia espera ansiosa de que nos acompañes.
-No puedo, debo viajar con mi familia. Ya no tengo nada aquí, mi vida esta allá.. con ellos.
-Me tienes a mí, puedes tener tu futuro. Chloe, no quiero dejarte ir. No puedo, te necesito.
-Por favor Alexander, no me hagas esto más difícil.

El muchacho suspiro, observando las estrellas. No sabía que decir, se estaba enamorando de ella.. Posiblemente era el amor de su vida y no quería dejarla ir. Quería hacerla suya, quería que ella fuese suya nada mas... quería, el solo quería un mundo con ella.

-Alex, ¿Te puedo hacer una pregunta? -le pregunto con cierta vergüenza en su voz.
-Soy todo oído.
-¿Porque estás conmigo? -Lo miro desesperada, necesitaba saber.. necesitaba salir de las dudas.

El la observo un rato, su mirada era tierna y expresiva. Quizás estaba pensando, quizás estaba ordenando sus ideas... no estaba segura.

-Pues.. -suspiro- me encanta que..
-No! -lo interrumpió ella de inmediato- Mejor no me digas nada, ya no quiero saberlo.

Estaba siendo estúpida y se lo reprochaba, ella tenía miedo a que si lo escuchaba, no podría regresar a su país. Ella debía hacerlo, debía irse.. ella no pertenecía a ese lugar. No podía.

-Bésame -le pidió con desespero- bésame, por favor Alex, bésame..

El muchacho la tomo del rostro y besos sus mejillas, su frente, su nariz, su mentón, sus labios ligeramente.. quería disfrutar de ese momento con su amada, quería tenerla entre sus brazos, probar sus labios, sentir su aroma, aquel aroma que lo volvía loco. Ella quería.. Quería.. Todo de él.

Alexander la recostó suavemente en la arena, donde la noche se confundía con la luna y las estrellas y solo se escuchaba el sonido de sus respiraciones y jadeos entrecortados.
El la hizo suya, le hizo el amor aquella noche.. un acto de entrega y amor donde los únicos jueces eran la pasión y el amor que se tenían donde la luna y las estrellas eran las testigos del amor que se profesaban.

Los días pasaron de volada, Ella no atendía sus llamadas, había estado llorando por el aquellos dos tortuosos días. Se había visto obligada a echarlo, le había dicho que no lo amaba, que se olvidara de ella.. que fuesefeliz con otra. A cada palabra se le caía un pedazo de su alma, pero debía hacerlo, no podía permitir que su único amor, sufriera a causa de ella y ella no debía enamorarse. Estaba siendo estúpida, porque ya había caído en las redes del amor, ya se había enamorado de Alexander y solamente intentaba negárselo a sí misma.
Todavía sentía sus manos recorrer su cuerpo desnudo, haciéndolas sentir como nadie jamás la había hecho sentir.. Enseñándole una nueva forma de expresar el amor..

No había podido pegar un ojo en toda la noche, compro tranquilizantes y se tomo algunos, sentía nauseas, no podía respirar.. debía olvidarlo a toda costa. El ya no le pertenecía y ella ya no le pertenecía a él, eran dos individuos desconocidos. Para Chloe, Alexander ya no existía.

Llegar temprano a la estación no había funcionado de nada, había perdido el tren tras quedarse dormida en uno de los bancos. Después de hablar con la muchacha de los boletos, le dio uno que salía en media noche, el ultimo de tren que iba a salir antes de las fiestas.. debía esperar y en su mente solo podía existir una persona.. su único amor.
Comenzaba a adormilarse cuando sintió que alguien besaba suavemente sus mejillas. Abrió lentamente los ojos y descubrió esos ojos cafés con un brillo especial, era Alexander, empapado de pies a cabeza, pálido, con las mejillas rojas.

-¿Que.. qué estás haciendo aquí? -pregunto asustada, asombrada, molesta, triste.. tenia un meollo de emociones subiendo y bajando en su pecho.
-Tenia que responder tu pregunta.
-¿Que pregunta Alexander?
-La que me hiciste en la playa. Donde me preguntabas ¿Porque estoy contigo?
-Ya no estás conmigo ¿recuerdas? Ya no estamos juntos, no somos nada.
-Estoy contigo porque.. -la miro, ignorando todo lo que dijo- Eres la única mujer que he amado en mi vida, porque agradezco a Dios todos los días que te conocí. Ese día que tropezaste conmigo, que derramaste café en mi.. me pareció perfecto, me pareciste tan hermosa, un ángel. Porque adoro cuando te sonrojas, amo tu espíritu infantil, amo cuando tuerces tu boca chistosamente cuando estas pensando o estas molesta, amo cuando pronuncias mi nombre, tus besos, tu aroma, tus caricias, amo cuando la luz se refleja en tus ojos, cuando ríes, cuando hablas, la forma como caminas, tus ilusiones, tus pensamientos.. Y sobre todo amo que existas, amo haberme enamorado de ti. Sí, estoy enamorado de ti por eso vengo a pedirte que no te vayas, no me dejes Chloe.. no me dejes. Te amo.

La muchacha comenzó a llorar, no sabía exactamente por qué.. una parte de su cerebro le pedía que se detuviera y la otra solamente se dejaba guiar por sus sentimientos. 'Ya caíste Chloe, estas enamorada.. ¿Que más da?' pensaba su subconsciente. Muchas veces lo había pensando, había pensando comenzar una vida con él, con el único hombre que la hacía suspirar.. Esa mirada, la forma en cómo la miraba en ese momento. Ya casi eran día de fiestas y el estaba allí, pidiéndole que no lo dejara..

-Eres tan.. idiota. -Expreso suspirando, confundiéndolo mas- tu vas a hablar con mis padres y vas a darle una verdadera explicación del porque no estaré allá en las fiestas navideñas. Me dejaras decidir si me quedo con el empleo que me ofrecieron o si trabajo contigo y me comprare un apartamento en la gran manzana cerca de la catedral, no viviré en el mismo edificio que tu. Y Alexander... yo también te amo.

Aquello era todo lo que necesitaba, Chloe era suya, iba a estar con ella para toda la vida.. por lo menos así lo deseaba. La arrimo a sus brazos y la beso con vehemencia. Había necesitado ese néctar de sus labios todo ese tiempo que estuvieron separados.
Quizás el destino iba a ser bastante duro para ambos pero estaba con la mujer que amaba y eso... era suficiente para ser feliz.




2 comentarios:

  1. Es muy lindo tu blog,te sigo, me seguis?
    http://carpediemrg.blogspot.com/

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  2. ¡Hola ChrisR♥! ¿Como estás? Espero muy bien, y ¡wow! me súper encanto, es tan tierno lo que has escrito, al final pensé que realmente se separarían pero me alegro que no :). Aiss, espero sigas escribiendo, y sigas subiendo otros relatos como este, porque escribes muy, pero muy bien :D. Tu narrativa es fresca, y para nada complicada :).
    Te cuidas muchísimo, y adiós.
    Besitos!!!

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